Hay, ahora mismo, mientras estás leyendo este artículo 464 personas en una cárcel de Málaga que no han cometido ningún delito. Están encerradas en una prisión de Archidona y han tenido ‘el honor’ de estrenarla. Así que, por ejemplo, por los grifos no sale agua potable. Están allí desde el lunes y los que se acercan han podido ver cómo agitan trapos por las ventanas mientras gritan pidiendo ayuda. Son inmigrantes. Personas que han escapado de sus países en busca de un futuro arriesgando sus vidas en pateras y que nada más pisar suelo español han sido encarcelados. Y eso, además de inhumano, es ilegal.
La vigilancia en el Estrecho y el dinero que la Comunidad Europea está ‘donando’ a Libia para que controlen sus costas mientras las mafias subastan a los subsaharianos como esclavos y violan a mujeres y niñas ha tenido como respuesta que se abra de par en par una nueva vía, la del Mar de Alborán, menos vigilada y muy peligrosa, pero nada puede detener a la desesperación y el pasado fin de semana llegaron más de 500 personas a Cartagena, lo nunca visto, así que la ciudad se vio desbordada y no se sabía cómo atenderles. ¿La solución? El Tribunal Superior de Justicia de Murcia montó un dispositivo especial con siete jueces para que se pudiera terminar lo antes posible la toma de declaración de todos ellos e iniciar los trámites para su expulsión. Y mientras, a la cárcel. El ministro de interior Juan Ignacio Zoido defendió la encarcelación masiva de inmigrantes por el "colapso del sistema” y porque “están igual que en los CIES”. Lo de que sea ilegal es una minucia, porque también lo son las devoluciones en caliente y se las pasan por el forro desde hace tiempo. Encima, desde Interior se redactó una nota de prensa el lunes a los medios en la que se hablaba de “habitaciones” en lugar de celdas.
Tampoco es que las CIES (Centro de Internamiento de Extranjeros) sean hoteles precisamente. Son muchas las denuncias sobre las condiciones en las que están los migrantes durante meses encerrados en puertas con candado, hacinados, menores incluso durmiendo en el suelo en Cádiz, en Barcelona, en Madrid, sin un colchón siquiera. Ahora ya, aunque lo intenten disimular o disfrazar, están directamente en una prisión. Los abogados Arantxa Trigueros y José Luis Rodríguez de ‘Andalucía acoge’ que visitaron Archidona el martes para reunirse con los detenidos, porque dejémonos de metáforas: están detenidos, se mostraron sobrecogidos a la salida de la prisión. Rodeados de policías y tratados como delincuentes. “El contacto con los inmigrantes en el locutorio nos impresionó realmente. Allí entraron y salieron con las manos atrás. Y los colocaban en fila, uno a uno, para trasladarlos”, explicó Rodríguez. Y también que estaban desorientados, que algunos tenían síntomas de ansiedad, que no entendían por qué estaban encarcelados. A la carencia de agua potable se unió además la falta de comida, porque los jueces se dieron mucha prisa, pero la cárcel no estaba preparada ni se contrató a cocineros y se tuvo que racionar la comida. Ahí siguen, aunque no aparezcan apenas en las noticias pese al escándalo y la profunda vergüenza que produce mientras en muchos Ayuntamientos siguen luciendo pancartas gigantes que adornas sus fachadas con los lemas: Wellcome Refugees. En inglés, para que los turistas lo entiendan y se crean que somos gente civilizada.
Que no se preocupen en exceso los patriotas, no vaya a ser que les explote la cabeza con lo ocupados que están además con ’la crisis de Catalunya', que España no es el único país que no ha cumplido con su promesa de acoger refugiados. Que somos uno más: ninguno lo ha cumplido. Menudo alivio ¿verdad? Así nos podemos sentir menos culpables todos.
Desde luego que hoy es un ‘Black Friday’, pero no por la campaña de los comercios y sus rebajas. Es un viernes negro porque 464 personas que llegaron en patera hasta nuestras costas están encerrados en una cárcel, desde el Ministerio del Interior se venden “habitaciones” en lugar de celdas y mientras agitan por las ventanas los trapos o sábanas y gritan pidiendo ayuda aquí estamos todos mirando hacia otro lado. El alma es lo que tenemos bien sucia y llena de porquería, negra perdida.
¿Què són les cookies?
Una cookie és un fitxer que es descarrega al vostre ordinador a l'accedir a pàgines web determinades. Les cookies permeten a una pàgina web, entre d'altres coses, emmagatzemar i recuperar informació sobre els hàbits de navegació d'un usuari o del seu equip i, segons quina informació continguin i de quina manera s'empri, poden servir per reconèixer l'usuari i facilitar-li la navegació i l'ús que en faci de la pàgina web.
¿Quins tipus de cookies fa servir aquesta pàgina web?
• Cookies d'anàlisi: Són les que, ja siguin tractades per nosaltres o bé per un tercer, ens permeten quantificar el nombre d'usuaris que hi accedeixen, per tal d'efectuar la mesura i l'anàlisi estadística del ús que en fan els usuaris en general dels servies ofertats a la pàgina web. Amb aquest objectiu, analitzem la vostra navegació per la nostra pàgina, amb finalitat de millorar-ne el servei i el ventall d'ofertes que li oferim.
• Cookies de personalització: Són les que permeten a l'usuari accedir al servei amb algunes característiques de caràcter general predefinides, en funció d'uns criteris establerts al terminal de l'usuari. A tall d'exemple podem esmentar l'idioma, el tipus de navegador a través del qual s'accedeix al servei i la configuració regional del punt d'accés al servei, etc.
• Cookies publicitàries: Son les que, ja sigui tractades per nosaltres o per un tercer, ens permeten gestionar de la forma més eficient possible l'oferta dels espais publicitaris que hi ha a la página web, tot adequant-ne el contingut de l'anunci al contingut del servei sol·licitat o a l'ús que en faci l'usuari de la nostra pàgina web. Per axiò, analitzem els vostres hàbits de navegació a Internet i podem mostrar-vos publicitat relacionada amb el vostre perfil de navegació.
Podeu permetre, bloquejar o eliminar les cookies instal·lades al vostre equip mitjançant la configuració de les opcions del navegador que empreu al vostre ordinador.