No sé por qué nos cuesta tanto creer, y por lo tanto tener en cuenta, lo que ya está pasando. No lo que vendrá, lo que imaginamos o tememos, sino lo que sucede aquí y ahora. Un profesor de 2º de la ESO de un instituto de Baena (Córdoba) declaró ayer ante un juez después de que la familia de un alumno denunciara al centro educativo por haber proyectado un vídeo de Ana Orantes el pasado 25 de noviembre con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género. Esto está pasando.
Ana Orantes fue asesinada en 1997 por su marido. La quemó viva después de que apareciera en un programa de televisión en Canal Sur detallando las palizas y el terror diario al que había sido sometida ella y sus seis hijos. Su crudo testimonio agitó las conciencias de tal modo que hubo un antes y un después de su muerte. Hasta entonces en España se percibía la violencia machista como algo que sucede dentro de la casa de cada uno y ahí nadie tiene por qué meterse. Ella, que había denunciado a su marido y comprobó cómo la policía, los jueces, todos aquellos que debían ampararla, la dejaron desprotegida durante años siguió luchando y de legado nos dejó su historia contada por ella misma. Y no había peros, no existían grises, ninguna duda. Ana Orantes cambió la percepción en este país y con ella la legislación.
El profesor de Córdoba, el 25 de noviembre, enseñó a sus alumnos la entrevista que Ana Orantes concedió a un programa de Canal Sur y ayer tuvo que asistir a un juzgado a declarar. Más allá de que la denuncia no tendrá ningún recorrido, las alarmas deberían sonar a todo trapo por la profunda vergüenza que nos tendría que producir como sociedad que algo así suceda. Y todo viene por la campaña de ‘Pin parental’ de VOX que consiste en que la dirección de los centros educativos pida la autorización de los padres para dar a los niños “charlas, talleres o actividades con carga ideológica o moral contraria a sus convicciones”. Y aquí viene la gran cuestión: ¿Quién puede estar en contra de que a su hijo le muestren una entrevista como la de Ana Orantes? Pues VOX. Su portavoz en la Diputación Provincial de Córdoba, Rafael Saco, ha asegurado que se trata de “adoctrinamiento en las aulas”. Adoctrinar sobre eliminar la violencia machista. Negarla. Así estamos, aquí estamos.
La tibieza con la que dejamos pasar asuntos tan graves como si fueran normales cuando en ningún caso lo son ya nos está pasando factura. Los padres del alumno se sienten amparados y respaldados por una panda de energúmenos, de miserables, que gobiernan en Andalucía tras pactar con PP y Ciudadanos. Les abrieron la puerta para conseguir el poder y ahí están. La piraña en el estanque ha sido debidamente alimentada y ha engordado ufana y voraz, sintiéndose capaz de alterar el ecosistema a su alrededor. El remedio, el truco infalible para acabar con ella está en la educación. En mirar la entrevista de Ana Orantes, en escuchar el podcast ‘Lo conocí en un Corpus’ de la periodista Noemí López Trujillo, en buscar el último programa de ‘Crims’ en Catalunya Ràdio: Ana Orantes, un assassinat que va sacsejar consciències. Así nos daremos cuenta exactamente de la barbaridad que supone que un profesor haya tenido que declarar en el juzgado y resultará imposible que lo toleremos en el futuro. Así acabaremos con la piraña: dejándola de alimentar.
