"Soy Itziar, madre de Nerea y Martina. De un día para otro, me quitaron lo que más quería. Denuncié y pedí ayuda, pero su padre las mató. Tenían seis y dos años. Mi vida cambió bruscamente hace justo un año. Te levantas por la mañana, las vistes, preparas el desayuno, sales corriendo al cole. Después el trabajo, hacer la comida, todo… Y de repente, un día, en vez de eso, te despierta la policía diciendo que tienes que ir a identificar a alguien que creen que es tu marido. Y además de él son mis hijas. Entonces ya no tengo que levantar a nadie, no tengo que llevar a nadie al cole. Nadie me demanda nada. Es todo lo contrario. Todo el mundo está encima de mí queriendo ayudarme... Pero yo ya no estaba en el mundo. No era consciente de nada. No lo podía entender. Y esperaba que en cualquier momento mis hijas entraran por la puerta…” Este miércoles se cumplió un año del asesinato de Nerea y Martina a manos de su exmarido y así lo contaba Itziar Prats en el diario ‘El País’.
“Ya te puedes ir despidiendo de las niñas. Me voy a cargar lo que más quieres. Te vas a quedar sola. De aquí yo voy a acabar en la cárcel y todos muertos". Estas son algunas de las amenazas que presuntamente pronunció Ricardo Carrascosa según consta en la denuncia que presentó Itziar, contra él ante la Policía Nacional. Itziar pidió una orden de protección para ella y sus hijas y que se suspendiera el régimen de visitas. No llegó. No la creyeron. De hecho, el protocolo de medición de riesgo policial se modificó después del asesinato de Nerea y Martina. Ahora ella teje mariposas, se mudó de Castellón a Madrid y sigue diversos tratamientos para sobrellevar el dolor y la vida. La familia ha presentado una reclamación de responsabilidad patrimonial en la que señalan como corresponsables a los Ministerios de Justicia e Interior y ojalá no tenga que esperar 15 años como Ángela González para obtener lo que le corresponde: justicia.
La hija de Ángela González, Andrea, tenía siete años cuando su padre la asesinó en el 2003 durante una de las visitas no vigiladas que estableció un juzgado de Madrid tras su separación, después de que ella le hubiera denunciado nada menos que en 47 ocasiones por malos tratos y otras causas. El Estado, la Audiencia Nacional, el propio Supremo y el Constitucional rechazaron la reclamación de Ángela que a pesar de todo, a pesar de los pesares, siguió luchando, y acudió a la ONU que le dio la razón.
Cuando quien te debe ayudar no lo hace, cuando quien te debe proteger no te protege, cuando denuncias y no sirve para nada alguien debe hacerse cargo del error en el sistema y admitir la responsabilidad, que se han equivocado y que se puede hacer más, mucho más. Hay que ser muy miserable para pensar que una indemnización puede paliar de algún modo el dolor por haber perdido a un hijo. Es sencillamente una cuestión de justicia e incluso ayuda a las madres para gestionar su terrible sentimiento de culpa. 30 menores han sido asesinados desde el 2013, el año en el que empezaron a contabilizarse las víctimas de violencia de género, por sus padres. Es importante que sepamos las cifras, pero sobre todo las historias que hay detrás de ellas. Porque todavía hoy, ahora, se sigue negando que exista una violencia machista y quienes lo hacen se presentan a las elecciones generales el próximo 10 de noviembre. Es responsabilidad de todos dar consuelo y ayuda a Itziar, a Ángela. Es responsabilidad de todos que no haya más como ellas.
